La energía solar fotovoltaica es una fuente alternativa de energía y, actualmente, es cada vez más común encontrarla en cualquier sector empresarial o industrial, ya que es una tecnología que beneficia el ahorro económico y el cuidado del medio ambiente, mediante la reducción de la huella de carbono.
Sin duda la percepción de la inversión es elevada inicialmente, ya que es un sistema de gran escala para una empresa o industria que paga millones en energía. Sin embargo, esta tecnología tiene un tiempo de vida de por lo menos 25 años y el retorno de inversión es normalmente mucho menor que este tiempo.
El costo también depende de la necesidad de energía eléctrica que se requiera cubrir, y puede ir desde un 20%, 50% o hasta el 95%, y puede ser determinado con un análisis específico, ya que cada sistema fotovoltaico es personalizado.
Un sistema fotovoltaico es una inversión y una oportunidad de aumentar la competitividad. Tendrás un ahorro significativo en tu recibo de luz desde el primer día de la puesta en marcha del sistema, aumentará el valor de tu inmueble y obtendrás beneficios tributarios, además puedes deducir el sistema al 100% dentro del primer año de adquisición.
Existen financiamientos bancarios o de otras instituciones con tasas de interés accesibles, que puedes aprovechar para la adquisición de estos sistemas de energía renovable.
En un proyecto a gran escala se requieren espacios grandes para instalar el sistema, sin embargo hay opciones que no vemos a simple vista y podemos aprovechar en beneficio de otros aspectos empresariales.
Instalar paneles solares en azotea puede representar un aprovechamiento del área disponible, la instalación en piso incrementa la percepción de empresa social y ecológicamente responsable por su fácil visibilidad ante los demás, una aplicación tipo estacionamiento solar beneficiará a los usuarios, pues proporciona sombra y temperaturas más confortables.
Además, existen paneles solares cada vez más eficientes y con mejor potencia, que requieren de menor espacio para generar la misma energía.
Para la instalación interconectada a la red eléctrica, denominada también autoconsumo, la dependencia a la red eléctrica es menor sin abandonarla del todo en caso de necesitarla.
Es decir, mientras se genere toda la energía que hayas decidido cubrir con el sistema fotovoltaico no tienes que usar la red eléctrica o la usarás menos, en caso contrario cuando el sistema solar no llegue a cubrir esa energía o aumentes consumo de luz, la energía la obtendrás de la red, y en el recibo de luz sólo pagaras la diferencia.
No tendrás que cambiar tu instalación, el sistema fotovoltaico transforma la energía solar en energía eléctrica, pasa por los inversores, el trasformador, la línea eléctrica existente y está lista para usarla como lo acostumbras.
Milton Suarez
Ingeniero Comercial y de Proyectos
